Algunas personas son muy sexistas. Ya había llenado de carteles el barrio en otra ocasión, pero esta vez me esmeré, mejor dicho, Pili y yo nos esmeramos elaborando un plan de acción. Se trataba de vender mi cuerpo serrano como baby sitter, o sea, como canguro, cuidando niños a domicilio durante las ausencias de sus padres.

Un libro divertido, de amor y amistad, aunque el lector también encontrará en sus páginas un motivo para plantearse qué es la verdadera igualdad de géneros, y cómo los prejuicios y algunos cuentos tradicionales y de tradición oral, casi sin querer, ayudan a fomentar el machismo.