Esta es la historia de una huella. Una historia de amor y amistad a orillas de un lago en África. Una historia de disparejos: la de un grandullón Elefante y un pequeño Pececito, feliz y libre. Dicen que los vientos del tiempo borran las huellas, pero las más puras permanecen en los corazones como un tesoro. Porque hay criaturas que nos marcan para siempre.