Micaela tiene quince años y es hija de padres solteros. Durante el verano viajará con su padre y la novia de éste a un pueblo de Alsacia en Francia. Allí se encontrarán con una familia de amigos de su padre y conocerá a sus nietas Ambar y Apolline. En un principio Micaela se muestra rebelde y reacia a disfrutar de los planes programados por su familia pero, finalmente, establecerá una relación cercana con las dos chicas francesas. Juntas pasarán un verano intenso en el que descubrirán nuevas sensaciones y sentimientos propios de la adolescencia.